Ninguna enfermedad fue creada por Dios y si existen diferentes tipos de males físicos son por obra y descuido de los propios seres humanos afirmó ayer Jorge Rodríguez Moya, Rector de la Catedral Metropolitana de Monterrey.

Durante la primera Misa de los Enfermos del 2003, que ayer se celebró en una  el sacerdote advirtió que las enfermedades tienen su origen en el pecado, en una Catedral de Monterrey semivacía.

"No hay una sola enfermedad que Dios haya creado. Nosotros somos los que vamos haciendo que vayan creciendo y creciendo la maldad y con ella las enfermedades", dijo Rodríguez Moya.

"Un espíritu fuerte ayuda a un cuerpo débil, pero un cuerpo fuerte no ayuda a un espíritu débil, por ello en la medida que aliviemos el alma, vamos ir aliviando nuestro cuerpo", expresó ante fieles que en su mayoría eran adultos mayores.

Durante la eucaristía, el Rector de la Catedral dijo que la enfermedad y la muerte han sido las dos principales angustias de la humanidad a lo largo de toda su historia.

"Dios creó todas las cosas buenas y las creó útiles para el ser humano, pero los relatos del Antiguo Testamento nos narran que hay un momento en que el hombre se revela ante Dios, en aquella escena de la serpiente y el fruto prohibido, siendo el origen de los males corporales", dijo.

"La fruta era y es apetecible, por eso nos vienen todas las enfermedades, que tienen su origen en el pecado, en la tentación por el mal", agregó Rodríguez Moya.

El sacerdote explicó que las enfermedades tienen diferentes orígenes, no celestiales, como en la gente que no lleva vida sana, que no come a sus horas, que siempre consumió cosas muy picantes o que se desvelaba y bebía mucho.

También, señaló, pueden surgir de pecado de otras personas, como la persona que su mamá fumaba cuando la estaba gestando, que su papá le pegaba a su mamá o que vivía en una colonia donde había una fábrica que contaminaba mucho.

"Incluso la enfermedad puede ser masiva, por pecados de la misma sociedad, como la que impone salarios muy bajos donde la gente no es capaz de darle de comer bien a sus hijos y desde chiquitos los niños no desarrollan bien su cerebro", dijo.

Rodríguez Moya se preguntó a sí mismo ¿quien escoge que una persona esté mala o no? "Algunas veces, las más, somos nosotros mismos que no nos cuidamos; algunas veces el mismo diablo para hacernos mal, y otras veces Dios, a través de tentaciones para probar nuestro espíritu y fuerza", dijo.

"Nuestro cuerpo va a terminar en un panteón, pero nuestro espíritu va a sobrevivir a todas las enfermedades, por eso les pido que lo cuiden y eviten tentaciones", señaló el sacerdote.

El Rector de la Catedral añadió que las personas que cuidan a los enfermos también sufren mucho, pues mientras su ser querido está atado a la cama, ellos están atados a ella o él.

"Comparte un dolor aún más grande, pues los doctores le dan medicinas al enfermos, y eso calma sus dolores, pero al que cuida al enfermo nada.

"La iglesia pide por el enfermo, pero quien pide por lo que lo cuidan. Pidamos por todos los médicos, enfermeros y aquellos familiares que asisten a los enfermos", dijo Rodríguez Moya antes de ofrecer el sacramento de la unción de los enfermos a un grupo de 15 adultos mayores.


Mis comentarios:

Gracias a Dios que la catedral estaba semivacía. En caso contrario los feligreses hubiesen enfermado al escuchar este terrible galimatías.

Me parece que las fiestas navideñas, perturbaron el cerebro del rector Jorge Rodriguez Moya.

Le deseamos pronto y total reatablecimiento.